Crecimiento postraumático
Ante un grave y demoledor acontecimiento de la vida, ante unos importantísimos y transcendentales-y no pocas veces reiterados- hechos traumáticos vividos; ¿qué podemos hacer?, ¿cómo podemos coexistir con ellos?.
Ante un grave y demoledor acontecimiento de la vida, ante unos importantísimos y transcendentales-y no pocas veces reiterados- hechos traumáticos vividos; ¿qué podemos hacer?, ¿cómo podemos coexistir con ellos?.
El derecho a tener miedo, a tener miedos es un principio básico de la libertad personal, no es lícito arrebatar el derecho personal e individual al miedo. En estos días se ha repetido, ante los recientes atentados, el lema «no tenemos miedo»
Nuestra cultura nos presenta, de forma global y en muchos momentos específicos, como incompatibles el trauma psíquico y el humor. Para un buen abordaje terapéutico y vivencial de los acontecimientos traumáticos es imprescindible la separación y el alejamiento que proporciona el humor.
Es frecuente que ante un trauma-agresión, abuso,maltrato- los cercanos a la víctima tengan que hacer una elección: o están con la víctima o están con el verdugo.
Los victimarios son apoyados, de muy diferentes formas y con diversas intensidades, por muchísimas personas en la realización de sus actos; sin estos apoyos el daño a las víctimas cesaría o se produciría con una menor intensidad y frecuencia.