Expectativas: freno o impulso
Las inseguridades y las dudas son consustanciales a la esencia humana. En esta sociedad de culto a las actitudes infantiles y simplistas, cada día que pasa estamos menos preparados
Las inseguridades y las dudas son consustanciales a la esencia humana. En esta sociedad de culto a las actitudes infantiles y simplistas, cada día que pasa estamos menos preparados
Cada vez hay más y más gente mirándose a sí misma. Sin embargo, paralelamente disminuye el número de personas que afrontan el camino de un conocimiento personal franco y sincero; por doquier se multiplican sugerencias dirigidas a articular un conocimiento superficialoide y falaz.
Quien se va no es quien vuelve; este mensaje, mil veces escuchado, se atribuye siempre a viajes odiseicos, largos y complejos. Sin embargo, de forma permanente, todos los días hacemos esa travesía: admitimos, aceptamos, toleramos, decidimos y por ende descartamos, abdicamos, evitamos, renunciamos.
La existencia de un pasado con una infancia feliz no es, ni mucho menos, una realidad generalizada. Por el contrario, todos los profesionales que trabajamos en terapia constatamos, de forma reiterada y permanente, la existencia de muchos adultos que han vivido una infancia traumática.
La ira constituye parte integral de la reacción de pesar; John Bowlby afirmó que «es una respuesta inmediata, corriente, y quizá invariable, a la pérdida».