por Antonio Sánchez González | Dic 24, 2014
Repararse es poder volver a unir y organizar los diversos aspectos de la personalidad que, como consecuencia de los hechos traumáticos, quedaron disgregados; vencer el miedo a las múltiples emociones relacionadas de forma directa o indirecta con ellos. Poder volver a sentir, en algunos casos será una experiencia novedosa, la propia vida como una totalidad
por Antonio Sánchez González | Nov 25, 2014
El victimario, el agresor y su entorno suelen transformarse en el centro de la compensación que se solicita para las víctimas; de esta forma se le otorga un protagonismo central, reeditando el dominio que mantuvo al realizar la agresión; el agresor tuvo el poder al infligir el daño
por Antonio Sánchez González | Nov 17, 2014
Las agresiones verbales como una de las formas de maltrato y abuso en la infancia están claramente infravaloradas; ésto pese a la existencia de diversos estudios que demuestran las deletéreas consecuencias psicopatológicas que padecen las personas que han padecido estas agresiones y las consecuencias adversas
por Antonio Sánchez González | Sep 26, 2014
Olvidar, junto con el perdón y la venganza, son las vías de reparación que tanto la sociedad como las personas cercanas les ofrecen a las víctimas
El olvido es incompatible con la elaboración del trauma. La elaboración vendrá de una modulación del recuerdo. La dinámica de emociones, actitudes, pensamientos y comportamientos nunca puede ser el olvido frente al recuerdo, ha de ser una memoria productiva, fluida y generadora de posibilidades frente a una limitante, rígida y restrictiva.
El afrontamiento de todos los hechos ocurridos junto con las vivencias y sentimientos unidos a ellos, es la única vía que puede evitar la reviviscencia y por tanto la continúa presencia del trauma y de sus consecuencias. Por el contrario, el intento de ignorar los acontecimientos padecidos y las graves consecuencias personales que han tenido, conduce a una persistencia del daño en la que no existe un pasado, sino un presente continuo.
por Antonio Sánchez González | Sep 14, 2014
Nuestra sociedad ha desarrollado un proceso de negación de la muerte en el que de forma inevitable se ha producido un progresivo desmantelamiento de los rituales del duelo. Así las actitudes y los actos para estar junto a una persona que ha vivido el fallecimiento de un ser querido se han transformado en complicadas y en muchas ocasiones dañinas para quien está transitando por el dolor de la pérdida. Con la mejor intención se intenta ayudar y se comenten errores que con una pequeña reflexión y con una conexión previa pueden ser fácilmente solventables.