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Nos encontramos ante una paradójica analogía entre la víctima y el opresor, necesitamos aclarar las cosas: los dos están en la misma trampa, pero es el opresor, y sólo él, quien la ha preparado y quien la ha hecho dispararse, y si sufre, es justo que sufra; pero es inícuo que sufra su víctima, que es quien sufre, aun a decenios de distancia.

 

Primo Levi

Pese a que la reconciliación, tras un proceso de victimización social, es planteada como un valor en sí misma es necesario tomar en consideración los daños que puede producir.

estrés postraumático ansiedad depresiónUn interesante artículo, publicado recientemente en la revista Science, aporta datos sobre la guerra civil de Sierra Leona, que se desarrolló desde 1991 hasta 2002, analiza los procesos de reconciliación que se llevaron a cabo en este país, investigando sobre éstos entre 9 y 31 meses después de que se realizaran. Los conflictos civiles rompen los lazos sociales entre las personas que los viven, los procesos «de verdad y de reconciliación» parten de la premisa de que el hecho de expresar las quejas y los daños sufridos ayudan a restaurar los lazos sociales; para llevarlos a cabo las victimas se ven cara a cara con los victimarios a través de foros en los que las víctimas describen las atrocidades vividas en la guerra y los autores de éstas confiesan sus crímenes sin ser perseguidos por ellos.

Los procesos de reconciliación dieron lugar, en los pueblos en los que se realizaron, a una mayor contribución de los habitantes al bienestar público y a un incremento de las redes sociales; paralelamente, produjeron un empeoramiento de la salud psicológica individual incrementándose tanto la depresión como la ansiedad y el trastorno por estrés postraumático. Es especialmente remarcable como la salud psicológica de la población  se mostró significativamente menor en las comunidades en las que los procesos se habían realizado.

En las conclusiones de este trabajo se apuntan interesantes líneas de análisis al señalar que la forma de enfrentar el pasado, dentro de los procesos de reconciliación, puede ser profundamente angustiante y como existen diferencias entre las personas que han vivido diferentes daños; por otra parte, se corrobora la persistencia en el tiempo tanto de las memorias de la guerra como de los efectos del perdón. Se postula así  la necesidad de intervenciones complementarias ya que, con frecuencia, los beneficios que pueda producir la reconciliación no pueden compensar el impacto negativo que tiene el hacer frente a los recuerdos traumáticos.

Las diferencias existentes entre el logro de un bien social y la consecución de una reparación, para las víctimas concretas, deben ser tenidas en cuenta ya que, con frecuencia, se produce una negación de las necesidades individuales y de facto una negación de la existencia del daño individual. Pese a las impactantes cifras de personas afectadas por este tipo de guerras (en la guerra de Sierra Leona más de 2 millones y medio de personas, más de la mitad de la población, se vio afectada por el conflicto) no debemos olvidar que un número mucho mayor de agresiones, abusos o malos tratos se producen dentro de las familias o de diversos  grupos de pertenencia. Las víctimas son presionadas a un proceso de reconciliación en el que ni tan siquiera se produce una explicitación clara de los daños recibidos. Por otra parte, es necesario reflexionar sobre la circunstancia de que, con frecuencia,  son los adalides de la reconciliación los que, de forma sutil o con un silencio cómplice, ampararon a los victimarios.

Debemos afrontar la realidad de que la reparación, considerándola siempre como una dimensión con diferentes grados y no como una categoría, es imprescindible pero puede resultar dañina. Es indispensable luchar por un bien general en comunidades, familias y grupos sociales pero éste no debe sustentarse en infligir un nuevo daño a las víctimas.

La reconciliación tiene que ser un final de un proceso, nunca desarrollarse como un elemento único que acabe sustituyendo al proceso mismo.

Autor: Antonio Sánchez González

Psiquiatra- Psicoterapeuta – Perito Judicial
Especializado en el trabajo con personas afectadas por acontecimientos traumáticos

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