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Teóricamente hay una completa posibilidad de felicidad:
creer en lo imperecedero , en uno mismo y no buscarlo.

 

F. Kafka

La infidelidad dentro de la pareja puede ser origen de conflictos, tensiones y separaciones tanto para las mujeres como para los hombres. Desde muy diferentes ámbitos y con diversas argumentaciones, se ha planteado la existencia de diferencias en función del sexo frente a dos variantes de la infidelidad: la sexual y la emocional.

Infidelidad sexual emocionalLa infidelidad sexual se da cuando, dentro de una pareja, teniendo un acuerdo de mantenerse sexualmente monógamos, uno de los miembros mantiene relaciones sexuales con otra persona. Por contra la infidelidad emocional ocurre cuando lo que sucede es el establecimiento de un vínculo emocional profundo o un enamoramiento, con una persona que no es la pareja primaria, sin que haya relaciones sexuales.

El que los hombres den más importancia a la infidelidad sexual, en mayor proporción que las mujeres, se ha relacionado con el hecho de que un hombre nunca puede estar seguro sobre su paternidad en relación con su descendencia, mientras que una mujer tiene el dominio sobre ese conocimiento. Desde esta incertidumbre, los celos serían una forma de poner en marcha conductas que pudieran apaciguar la duda sobre la paternidad.

Una interesante reflexión, sobre la mayor importancia que las mujeres dan a la infidelidad emocional, vendría apoyada por la siguiente tesis: si se enamora de otra mujer hay riesgo de que no  aporte los recursos para el mantenimiento de su familia. Los hombres facilitaban el sustento material y la protección a la familia, la implicación emocional con otra persona podría conducir a proporcionar a ésta unos cuidados y atenciones que serían sustraídas a la pareja inicial con los consiguientes problemas de inseguridad y de supervivencia. En este tipo de infidelidad los celos cumplirían una función defensiva, mientras no habría ese peligro en el caso de la infidelidad sexual.

Otra idea conceptual que se añade en este tema se ha planteado al señalar que los hombres tendrían, en mayor medida que las mujeres, el pensamiento de que si su pareja tiene relaciones sexuales con otra persona está a la vez implicada emocionalmente. Desde está posición los hombres integrarían la infidelidad emocional dentro de la sexual.

Sin duda la infidelidad sexual o emocional, se materialice o sea una posibilidad o un temor, es una de las problemáticas más relevantes en las relaciones de pareja. Todos los planteamientos expuestos previamente, lejos de llevarnos a conclusiones cerradas, nos conducen a diversos cuestionamientos:

¿Existen grados en la valoración de la infidelidad, se pueden establecer diferencias cuantitativas o, por el contrario, únicamente se puede valorar si, de forma dicotómica, existe o no ésta?

¿Son claros los límites de los comportamientos y actitudes que quedan incluidos dentro de los conceptos de infidelidad sexual y emocional?

¿Tras el desarrollo y los cambios que han tenido los roles femeninos y masculinos, dentro de las sociedades occidentales, tienen alguna vigencia relevante las conceptualizaciones evolutivas sobre la infidelidad?

¿Introducen variaciones en estos conceptos, los cambios en la socialización y el aumento en las interacciones sociales?

¿Cambian las perspectivas respecto a las diferencias entre lo emocional y lo sexual con el envejecimiento? ¿En sociedades con una media de edad muy alta y con una gran proporción de ancianos cambian estos conceptos?

¿El haber sido infiel a una pareja o el haber vivido la infidelidad por parte de la pareja altera la perspectiva sobre lo que significa fidelidad sexual y fidelidad emocional? ¿Las integra o las separa más?

¿Es diferente la perspectiva sobre la infidelidad según las relaciones sean homosexuales, heterosexuales o bisexuales?

Estos y otros muchos interrogantes sobre los matices que afectan a la infidelidad, quedan abiertos para ser una fuente continúa de dudas e interpelaciones en este aspecto, tan relevante para el devenir de un gran número de parejas.

Autor: Antonio Sánchez

Autor: Antonio Sánchez González

Psiquiatra- Psicoterapeuta – Perito Judicial
Especializado en el trabajo con personas afectadas por acontecimientos traumáticos

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