¿Dices que nada se crea?
No te importe, con el barro
de la tierra , haz una copa
para que beba tu hermano.
A. Machado
La influencia del ambiente en unión con la herencia y sus complejas relaciones se nos muestra en un trabajo sobre la obesidad familiar en el que se evalúan las relaciones de ésta entre padres hijos y hermanos (1). La aportación de este artículo, que nos invita a reflexionar sobre las complejas interacciones del comportamiento humano, es que tener hermanos obesos es más relevante para desarrollar obesidad infantil que el que los padres sean obesos.
Se analizaron los datos de 1948 personas adultas que tenían uno o dos hijos analizando la obesidad de los padres y de los hijos y las relaciones entre ambas. Pese a que la muestra no puede considerarse representativa de la población estadounidense y, por supuesto, aún menos de la española, sus datos pueden guiar nuestra mirada sobre esta compleja problemática en nuestro entorno social.
En las familias con un solo hijo la probabilidad de ser obeso es 2,2 mayor si alguno de los padres es obeso. Las niñas eran menos propensas a ser obesas que los niños y los niños de más edad también tenían una propensión menor. Un alto consumo de comida rápida por parte de los padres se asoció con una mayor probabilidad de obesidad sólo en los varones. Por otra parte los niveles más altos de ejercicio físico enérgico se asociaron con una menor probabilidad de obesidad infantil.
En los hogares con dos hijos, para el hijo mayor la obesidad de un padre se asoció con una probabilidad 2,3 veces mayor de obesidad infantil; si el hermano menor era obeso la probabilidad es 5,4 veces mayor.
Para el hermano menor, en un hogar de dos niños, el tener un padre obeso no está significativamente relacionado con el estado de obesidad, pero el tener un hermano mayor obeso se asoció con una probabilidad 5,6 veces mayor.
Los hermanos menores con actividad física más vigorosa fueron significativamente menos propensos a ser obesos, llamativamente tener un hermano mayor con una actividad física extremadamente activa se asoció con un mayor riesgo de obesidad en el hermano más joven.
El consumo de comida rápida en el caso de las familias con dos hijos, a diferencia de las familias con un solo hijo, no se asoció con la obesidad de los niños.
Al analizar las interacciones en función del género, el sexo del niño no estaba relacionada con el estado de la obesidad en las casas con dos niños, en los hogares de un solo hijo las niñas tenían una menor probabilidad de obesidad. Para los niños más jóvenes en las familias con dos niños, la obesidad fue de 11,4 veces más probable con un hermano mayor varón. Si el hermano mayor del chico más joven era una niña, la probabilidad se situaba en 6,6 veces. La obesidad de la menor, siendo ésta una chica, es 8.6 veces más probable con una hermana mayor mujer y no se incrementa significativamente la probabilidad si el hermano mayor era un hombre. Por lo tanto, para los hermanos más pequeños, hay una clara correlación de género en el estado de la obesidad entre hermanos.
La influencia que ejercen los hermanos difiere de la de los padres; se plantea que tienen una mayor influencia en comportamientos informales, mientras que los padres tienen una mayor influencia en relación con las cuestiones formales. En la influencia que ejercen los hermanos mayores es necesario tener en cuenta la función de modelado que ejercen y los esfuerzos que realizan para influir en las actitudes y comportamientos de los hermanos más pequeños; un dato especialmente relevante es que, por norma general, los hermanos pasan juntos un tiempo mucho mayor que con sus padres. El compartir comidas y realizar actividad física conjunta aporta unas influencias sociales diferentes a las de los padres y esta influencia puede amplificarse entre hermanos del mismo sexo.
Los hallazgos y sugerencias de este trabajo de que un hermano puede ser un predictor mejor de la obesidad de un niño que sus padres, de forma especialmente relevante para los hermanos del mismo sexo, nos plantea interesantes cuestiones sobre la influencia de los hermanos y abre una puerta a la investigación en estas influencias en otros campos como el de las conductas adictivas y las alteraciones del comportamiento.
(1) Pachucki M.C., Lovenheim, M.F., Harding M. Within-Family Obesity Associations. Evaluation of Parent, Child, and Sibling Relationships. American Journal of Preventive Medicine. 2014 October; 47,(4), 382–391
Autor: Antonio Sánchez
Autor: Antonio Sánchez González
Psiquiatra- Psicoterapeuta – Perito Judicial
Especializado en el trabajo con personas afectadas por acontecimientos traumáticos