Marta Sánchez Blanco
¡Y entre el ayer y el mañana
el hombre va de camino
como un ciego tanteando
al borde de los abismos!
Francisco Villaespesa
Nuestro pasado es lo que construyó nuestro futuro y el futuro no deja vivir el presente, (en unos instantes pasado), por miedo al propio porvenir, a poner mal un pilar y no poder construir. Aunque intentemos evitarlo, lo difícil, las decisiones complejas se echan encima y apenas nos dejan tiempo para pensar siquiera la mejor opción, porque cuando lo pensamos ya estamos viviendo ese futuro y cuando nos damos cuenta de esto ya se convirtió en pasado.
Si lo pensamos bien, el futuro y el pasado no existen como tal, solo existe el instante en el que vivimos, aparece y desaparece, una hoja en blanco es escrita y al instante borrada. Soy consciente de que hay cosas que tardan algo más en borrarse pero al fin y al acabo todas acaban desapareciendo, aunque estas son las que construyen el futuro el tiempo las va degradando cada vez más hasta que dejan de existir.
Me pregunto si quien se mueve es el instante sobre una línea infinita de tiempo o el instante es algo inmóvil y el tiempo se mueve. Muchos ven el futuro como algo bueno y lo esperan expectantes, yo lo veo una lucha continua contra un movimiento infernal que nadie ha conseguido entender. Nunca he conseguido descifrar qué es realmente el futuro, siempre se me ha explicado cómo «lo que está enfrente», pero si lo pensamos bien, lo que se sabe es lo que ves frente a ti con tus propios ojos. El pasado es conocido, por lo que está delante de ti. El futuro es desconocido porque está detrás de ti, donde no se puede ver…
Es algo indiscutible que el pasado condiciona el futuro, realmente es quién lo construye, pero no tenemos capacidad de saber cómo ni de qué manera; es algo que no podemos controlar, algo a lo que nos enfrentamos queramos o no, algo que nos consume y nos cambia. Los minutos pasan infrenablemente y cuando han pasado sabemos que ya nunca volverán; no sabemos cuántos minutos nos quedan, no sabemos siquiera si vendrán, es avanzar a ciegas sin saber lo que hay más allá, sin opción a quedarse quietos.
Esta búsqueda de algo inmune al tiempo, algo que dé solidez al futuro es algo que se ha dado a lo largo de toda la humanidad, sin entender que lo que nos hace estar vivos es el cambio provocado por el paso del tiempo, sin aceptar no estar unido a nada, sin aceptar una libertad total que atemoriza, siempre buscando lo estático y conocido para poder entender el futuro, para poder pensar en él y saber que hay un pilar conocido e indestructible, algo infinito. Yo también busco eso, ese confort, pero he comprendido tras enfrentarme a la idea de que quizás no haya nada inmortal, que la búsqueda nunca acabará dado que no hay respuesta, siendo infinita, convirtiéndose ésta en algo siempre presente y siendo la respuesta a mi gran pregunta. La búsqueda de lo infinito es infinita.