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La remisión y el olvido provocados por una presión social son inmorales.

 

Jean Améry

Las víctimas deben desear justicia y reconocimiento, por parte de los victimarios y de los que han apoyado o tolerado la agresión, pero deben prepararse, de forma personal e interna, para poder continuar adelante sin esa justicia y ese reconocimiento.

Justicia psicología maltratoRecientemente escuché una frase atribuida al presidente de Colombia: habrá tanta justicia como la paz permita; esta frase, enmarcada en un contexto político, puede hacerse extensiva a muchos, a la mayoría, de los traumatizados por terrorismo o por conflictos bélicos o sociales. De forma muchas veces larvada, ocurre lo mismo ante el mantenimiento de una paz, de una tranquilidad familiar o de una estabilidad de grupo, en los casos de abuso y maltrato.

La necesidad de una reparación externa, la búsqueda y el anhelo de ella genera una frustración continua que incrementa el daño y origina una variada psicopatología. La reparación siempre es interna, el apoyo de los agresores debe ser bien recibido pero nunca debe ser imprescindible.

Sobrevivir frente a vivir. En la supervivencia es el daño el centro de la existencia; las agresiones sufridas, con la potencia suficiente como para provocar la aniquilación, se convierten en el eje de una vida en la que los agresores son la médula de la existencia. Para poder vivir es necesario atravesar, casi siempre con muy escasos apoyos, de forma íntima, el trauma vivido.

La paz de la familia, de la sociedad, de la escuela, de la Iglesia; en definitiva, del grupo se cimenta y se construye sobre las heridas de las víctimas. En unos casos, con el olvido, en otros, minimizando el dolor; con frecuencia, apoderándose del dolor de la víctima y casi siempre generando confusión; esa paz usurpa el daño a la víctima.

En el proceso interior y profundo que supone la reparación es imprescindible la renuncia a la reparación externa; si ésta llega, será bienvenida y podrá ayudar de forma relevante en la organización del vivir; si, como ocurre en la mayoría de los casos, no existe o es falsa es imprescindible un trabajo personal para trascender el mal recibido.

El camino, difícil y tortuoso, no tiene que ser recorrido en soledad; pese a los recelos y la desconfianza, generada por el trauma y por la falta de apoyos, es imprescindible la búsqueda de buenos compañeros, cómplices de la reparación interna.

Autor: Antonio Sánchez González

Psiquiatra- Psicoterapeuta – Perito Judicial
Especializado en el trabajo con personas afectadas por acontecimientos traumáticos

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